"Sentimientos"


"Los científicos dicen que estamos hechos de átomos y moléculas. A mi, me enseñaron que estamos hechos de historias"
Algo por el estilo, aunque no recuerdo si con esas palabras, leí una vez en las letras de Eduardo Galeano.

¿Qué es la esperanza? Me gustaba definirla como, "aquello que nos permite seguir en pie aún cuando todo parece haber terminado". Hoy, creo que la esperanza es algo más que eso. Y no es del todo buena. La esperanza es, también, "aquello que te da el golpe de gracia, cuando ya todo ha acabado". 
Son muchos los sentimientos y emociones que nos afloran en nuestra vida. Pero creo que ninguno es tan útil y peligroso como la esperanza. Es la que nos puede mantener fuerte en las peores condiciones, y a la vez la que acaba con nosotros, cuando las cosas no están de nuestro lado. Pero bueno, eso es otra historia... no me dedicaré a hablar de la esperanza.

La Amistad es otro sentimiento extraño. Desde un punto de vista frío y objetivo, los amigos no son más que personas corrientes, con las que compartimos un poco más de tiempo que con las otras personas. Y es curioso como el tiempo, lo que hace la diferencia entre un extraño y un amigo, permite el nacimiento de otros sentimientos, que a veces nos hacen "encadenarnos" mucho a las personas: cariño, confianza, complicidad, lealtad, simpatía, buena onda... llámalo como quieras, pero, ¿a que quieres a tus amigos? 
Yo soy alguien muy extraño. Soy exteriormente frío, y poco cariñoso. No me gusta mostrarle a una persona que dependo de ella, o al menos que me importa mucho lo que siente, piensa, dice... Yo soy de los que parece que no le importa demasiado la gente. De los que no escucha. De los que no quiere.

Yo no puedo vivir sin mis amigos. Soy un... estúpido, que se encadena fuertemente a las personas que quiere. La vida me enseñó que eso era peligroso, y me prometí no volver a hacerlo... ¿He dicho alguna vez que casi nunca cumplo mis promesas? 
Bueno paro, que no estoy aquí para hablar de la Amistad. 

El esfuerzo no es exactamente un sentimiento, aunque para mi, personalmente, sí lo es. Pero el esfuerzo está infravalorado, o mejor dicho, está mal valorado. Pero no voy a hablar del esfuerzo.

¿De qué hablo ahora? En realidad no quiero hablar de nada, y de todo a la vez. Tengo tantas cosas que decir, cosas que deseo gritar. Pero no lo haré hoy... no todavía. 

Me enseñaron en el cole, que las historias tienen un principio, un nudo y un desenlace. El principio siempre es muy duro, tenemos que aprender nuevos datos, realizar un esfuerzo tremendo para adaptar nuestro "yo" a  lo que la historia nos imponga. Luego está el nudo, que a veces es muy interesante, y otras es un verdadero coñazo. Aquí ocurre todo, bueno casi. Aquí decides normalmente si te gusta o no la historia, si va según "lo previsto" o te sorprende y te exige más de ti. Normalmente el nudo cambia a las personas, al menos temporalmente. El desenlace. Lo que más odio de toda historia. Siempre es amargo, siempre exige una despedida, una lágrima, un "aquí se acaba, para siempre". Odio los finales, no se me dan bien las despedidas, ni las lágrimas. 

Hay tantas cosas que me gustaría decir, y sin embargo, ya no me apetece escribir. Ha sido un viaje interesante, al menos para mi. Ha sido un placer escribir las pequeñas tonterías que, unas veces se me ocurren, y otras voy viendo aquí y allí. Pero, ahora, creo que va siendo hora de cerrar algunas cosas. Hay que saber cuándo cerrar algo, ¿no se dice eso? Quizás algún día...

Hay algunos lugares, que se han vuelto demasiado melancólicos para mí... y yo odio la melancolía. Pero bueno... no estoy aquí para hablar de la melancolía.








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