La Historia que no encontró su final

Recuerdo cuando aún éramos niños. Recuerdo cuando aún aprendíamos nuestra propia cultura. Recuerdo cuando aún aprendíamos a conocernos, recíprocamente claro...pero sobre todo a nosotros mismos. 
Hicimos un juramento, el de jamás separarse.Nuestro juramento inquebrantable se forjó de nuestras propias manos, bajo nuestras sonrisas y nuestras lágrimas. Soñamos respetarnos toda nuestra vida, sin permitir ninguna alteración, sin permitir nigún cambio.Recuerdo cómo soñçabamos juntos, en nuestros recreos...o sin ellos. A jugar con dragones y princesas, compañero de batalla y de secretos. Recuerdo aún cómo me dabas abrazos y me soreías sinceramente...sí, lo recuerdo, y sé que también lo recuerdas. 
"La felicidad está en el amor hacia las personas"...una frase que jamás olvidaré, una gran frase.

Aún recuerdo cómo discutíamos por tonterías, y cosas no tan tontas...aún puedo recordar lo fácil que era encontrar solución a nuestras discusiones, jajaja, siempre terminaban con un "lo siento"....sí, sé que aún puedes recordarlo.
Pasear por muchos campos me es entrañable...son tantos los recuerdos que vuelven, y es que ya lo sabes, adoro elegir ser melancólico.
Parecía imposible, a vista de un simple hombre, pensar que tal alegría pudiera tener un final...jajaja, las cosas que se nos ocurren a veces. Aún puedo recordar cómo te gritaba y buscaba desesperadamente. 
Sabes, al final no te enseñé mi lugar favorito, aquel donde los pájaros están en perfecta armonía con mi presencia. Aquel donde la corriente de agua toca la melodía que mi corazón le pida...si deseo tocarla. Aquel donde las flores, siempre tan hermosas, permanecen como precioso paisaje que admirar...si deseo maravillarme una vez más.
No te lo enseñé, como otras tantas cosas que no pude hacer....qué mala suerte, el tiempo fue más sabio que yo, una vez más, fui derrotado por aquellos enemigos que continuamente me amenazaban, y de los que tú solías protegerme.
¿Sabes? Ahora soy más fuerte. He conseguido vencerles a todos, y ya ninguno es capaz de hacer florecer el miedo en mi. Ya no necesito alguien que me poteja y que cuide de mi...¿parecía imposible verdad? Conseguí encontrarme a mí mismo, conseguí despertar de aquella pesadilla eterna que me asustaba y debilitaba...ahora, al fin, puedo ser aún mejor de lo que creías, mejor de lo que pensabas...mejor de lo que fui.

Decía Publio Siro que "amistad que termina, jamás habían empezado". Ahora no sólo admiro esa frase, sino que soy capaz de comprenderla. Puede que ya no nos veremos físicamente, tal vez no podemos protegernos y luchar juntos contra nuestros enemigos...sí...tal vez para otros todo esto esté terminado, pero me queda una cosa...una cosa que elegí no cambiar: Sentir lo mismo.

Y es que, las grandes historias jamás encuentran su final...y lo nuestro, es una gran historia.

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