El valor de lo aprendido



Estabas allí...sé que estabas allí.
El día se levantó precioso, las nubes eran tranquilas y el sol me sonreía...sé que estabas allí.
Miré por la ventana, adoro ver los rayos de luz iluminar la mañana apacible y fresca...yo sé que estabas allí...y yo, aún me encuentro aquí.


A punto de terminar....o a punto de empezar quizás, quien sabe tal cosa...yo solo sé, que estabas allí...
Nunca imaginé que sería tan fácil aprender...aprender a vivir, a ser feliz estando tan lejos de ti....y aún así...sabía que estabas allí.
No me reproches la vida... repróchame el recordarte cada mañana, cuando entra la luz por mis pupilas, iluminándolas con su belleza. No permitas que te reproche que te fueras así...permíteme reprocharte lo que me has enseñado...lo que he aprendido.


Estuve allí, y tú lo sabías...estuve allí, esperándote, sabiendo que no vendrías...pero, en el fondo sabía...que estabas allí.


¿Me olvidarás?...tal vez, o tal vez no...te enseñé mucho...quizás demasiado, pero oye...no me lo reproches.
¿Te olvidaré?...tal vez...aunque no lo creo. Eres realmente especial...¡ Pero qué pregunta ! Claro que nunca te olvidaré...y sé que no me olvidarás...porque en el fondo, esto es fabuloso...aún distanciados así...sin saber nada...hemos aprendido más que nadie...hemos crecido como nadie.
¿Aún no lo sabes? Sé que estabas allí...y tú...en el fondo...sabes que yo...y solo yo...siempre estaré aquí.

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